miércoles, 9 de diciembre de 2015

Entrada final



Conclusiones


 
Ya con más tranquilidad, puedo ver en perspectiva (aunque sigue siendo algo cercana) el semestre de fotografía. 

Para alguien como yo, que el contacto con la foto siempre fue mesurado y sin profundidad, toda la información fue un bombardeo que cambió radicalmente la forma en la que veo, pienso y siento la fotografía. Prejuicios y recelos fueron borrándose conforme avanzó el semestre, alegrías y decepciones, olvido y descubrimiento. Sé que aún hay mucho que aprender, sé que sólo fue una introducción, sé que lo que se pudo aprender es muy básico y que dependerá de mí y de los caminos que tome si desarrollaré o no la fotografía en cualquiera de sus miles vertientes. Pero lo aprendido conmigo se queda.

Comenzar el curso haciendo fotogramas fue una experiencia de la que tengo recuerdos muy bien impresos en mi memoria. Desde cero comenzamos por conseguir una cámara un evento importante para mí, conocer el equipo y que se transforma poco a poco en una extensión de mi cuerpo. Las lecturas fueron muy importantes y establecieron un background para poder generar proyectos más sólidos. La práctica de la fotografía con todo lo anterior se fortaleció y comencé a pensar más antes de disparar. Las conferencias fueron un buen complemento para el curso.

Ahora conozco de las diferentes amplitudes de la fotografía, y lo más importante, tengo curiosidad. Creo que la importancia que tuvo en mí la clase de foto es que despertó en mí la curiosidad por medios diferentes, quizá no explore más en lo que ya se estudió en el curso, sino lo que se dejó entrever.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Vanguardia Rusa, el vértigo del futuro



Reseña

Cuando veo exposiciones como esta, me pregunto qué objetivo tienen, ¿hablar de la vanguardia Rusa? Tal cosa no existió, ¿Hablar del suprematismo, futurismo, constructivismo y algún otro ismo? Desde mi punto de vista la exposición es confusa, va de un lado a otro de manera torpe; a veces pienso que traen las obras que sobran por ahí de alguna colección sin mucho valor y aquí los museógrafos y curadores hacen lo que pueden con eso, ésa es la única explicación que me convence.
No obstante y siendo positivo puedo decir que la exposición si bien puede confundir (desde el titulo de la misma) a un espectador que no tenga claridad entre los diferentes ismos, para quien los conoce puede conceder la idea de cómo todos esos movimientos artísticos no surgieron de manera aislada y que más bien son un conjunto de inquietudes que intentaban precisamente eso, aislarse de otros y cobrar identidad.
Las obras que se exponen van desde oleos, maquetas, cerámica, ilustraciones, dibujos arquitectónicos y fotografía. La exposición debe ser un goce para diseñadores y arquitectos, se siente el nacimiento del diseño industrial, el despegue de la arquitectura constructivista, las influencias de la Bauhaus, y quizá para artistas o estudiantes de arte que se inclinen por lo geométrico la exposición les mueva más de lo que a mí me pudo.
Pero para lo que concierne a la clase de fotografía hay una sala completa dedicada a este soporte. La sala comienza con una frase de Ródchenko:
"Me propuse un objetivo: Mostar los objetos desde todos los ángulos y, sobre todo, desde una óptica desde la cual nadie hasta entonces se había habituado a verlos"
Es una frase que representa todo lo que se ve en esas fotografías, tomadas desde perspectivas inusuales que evocan a composiciones geométricas que se hacían paralelamente en la pintura. La obra que destaca para mí es la de Ródchenko y Arkadi Shaijet de un estilo tan similar que a veces parecen el mismo autor. Incluso cuando Ródchenko hace un retrato lo hace en miras de buscar una composición geométrica como en trompetista pionero.

La arquitectura y los juegos de luces son también objeto de su interés por mostrar un punto de vista distinto, buscaban hacer de temas ya tratados algo novedoso. Lo que pienso a partir de sus fotos es que había un deseo de representar al hombre unido a las maquinas, a las tecnologías, por eso las construcciones y las fábricas son parte de sus temas principales.
Creo que en ninguna de estas fotos encontré punctum, ninguna me atrajo, ni me punzó. Solo tuve curiosidad de algunas a nivel de studium ya sea por a perspectiva, lo que pensó el autor al tomar esa foto, el diafragma, ASA, etc. Quizá mi falta de interés en estas obras se deba a que lo que fue nuevo para ellos para mi carece ya de aportación, además la exposición no da un respiro a tanta geometría y de pronto me vi saturado de líneas rectas que cruzaban de una esquina a otra. Y por otro lado las imágenes no me decían nada, no encontré ningún trasfondo, solo intenciones compositivas meramente visuales y sí versátiles. Una vez más recuerdo la frase de Ródchenko y veo la representación en sus imágenes de esa frase en conjunto con su contexto y lo entiendo, pero no lo siento.

viernes, 13 de noviembre de 2015

La cámara lúcida: nota sobre la fotografía, Roland Barthes


Lo que nunca fue 



1
El desarrollo de la fotografía y su inclusión al mundo del arte como hemos visto es en gran medida a que en Estados Unidos a principios del siglo XX buscaba una identidad y no tenía el peso de una tradición pictórica que detuviera el paso de la fotografía como medio de expresión artística, sumado a la influencia del pensamiento de Walt Whitman. Pensadores como Roland Barthes han intentado definir el qué o el por qué de la fotografía.
Pero el problema radica que ni siquiera en artes más antiguas se ha podido definir qué es la pintura sin acudir a sus términos formales, a sus definiciones de diccionario, definiciones que además han cambiado con el tiempo. El esfuerzo que sentí en La cámara Lucida lo valoro por introspectivo. Si el libro llega a alguna conclusión definitivamente la tomaré como una a la que llega alguien desde su particularidad y que además no quiere que su particularidad me abarque.
2
El punctum es su aportación más importante para mí, desde luego en la condición de estudiante (operator), el generar punctum es una ambición nueva, pero también me lleva a la autoevaluación y no encontrar en ninguna de mis fotos el punctum es decepcionante y poco alentador. Pero de inmediato traslado sus conceptos a otros ámbitos fuera de la fotografía y creo por ejemplo que el punctum está en otras expresiones artísticas; desde Barthes podría decirse que es artificioso encontrar el punctum en una pintura de Caravaggio, porque no es generado por la contingencia y la casualidad. Seguramente lo encontraré en piezas tridimensionales e incluso en lo multimedia.  
3
Las redes sociales como Facebook o Instagram difícilmente llegan a studium, son imágenes tan desechables, que incluso creo que el propio studium queda diluido, debido a lo sumamente visuales que somos, no hay ejercicio de retención y el studium es labor de quien ve la imagen (spectator); para Barthes las “sociedades consumen en la actualidad imágenes y ya no, como las de antaño, creencias” (Barthes p. 177). Llegar a tales estados, desde operator hasta studium requiere de un nivel de sensibilidad e introspección inusuales pero no difíciles de alcanzar (o recuperar). Esa sensibilidad de Barthes es necesaria en el desarrollo de nuestros propios proyectos; la forma en la que va deshilando su propio gusto, cuestionándose sin temor a no poder responder o peor aún, a poder responder, es indispensable para poder revalorar lo que hacemos como supuestos productores de objetos culturales y más profundamente averiguar qué sentido tiene lo que hacemos y lograr responder de manera parcial esas preguntas.
4
No sé si Barthes conoce la hiperfotografía y ver el encuentro de la frase “la fotografía no miente” contra el proyecto de Sputnik de Fontcuberta donde logró engañar al mundo entero a partir de fotografías intervenidas de tal suerte de trampantojo, es confuso y obliga aparentemente a tomar parte de alguna de las posturas. Pero quizá Fontcuberta carezca de Punctum. Lo que queda claro es que el encuentro de estas dos posturas favorece lo indefinible de la fotografía. Como ya mencioné para Barthes ahora solo se consumen imágenes porque ya no se consumen creencias y para Fontcuberta "Creer es mucho más cómodo que dudar. La duda implica una actitud crítica activa, mientras que creer es algo pasivo."
5
Pero en la segunda parte del libro, en su palinodia, encuentra un segundo estado de punctum, más profundo y lúgubre. La foto es un testimonió de lo que fue, y que quizá en el mismo instante que la película registro esa imagen la contingencia de lo que había delante ya había desaparecido. También aquí encuentro un contrapunto con lo que está sucediendo ahora con la fotografía, al poder editar esa imagen, esa información que denota lo que fue es revitalizarla, desamortizar la información y darle un sentido a lo que nunca fue.


viernes, 16 de octubre de 2015

Lee Miller, Fotógrafa Surrealista




Lee Miller es una fotógrafa que hasta hace poco era desconocida para el mundo entero, ella siempre estuvo cerca de la fotografía de tal manera que volverse fotógrafa perece algo inevitable.

Fue modelo para Vogue donde conoció a Edward Steichen quien después la presentó con Man Ray. Ella se muda a Paris tras terminar su carrera como modelo para volverse aprendiz de Man Ray pero terminó siendo su modelo, amante y sí también su aprendiz. Su relación con Man Ray le dio un giro completo a su vida, con el descubrimiento de la solarización y su posterior éxito, elemento formal que utilizó durante un largo periodo de tiempo. En París ella comienza a hacer fotografía surrealista y conoce a los grades artistas de la época, Picasso, Paul Eluard, Jean Cocteau etc. De esta etapa podemos verlas reuiniones que tenía con tales figuras, resalta un retrato que le hizo a Picasso donde se siente el lazo de amistad que tenían.



Se separa de Man Ray y regresa a Nueva York donde pone su propio estudio fotográfico con ayuda de su hermano, pero fue un periodo corto y tras contraer matrimonio con Aziz Eloui Bey se muda a el Cairo, donde vivió cómodamente entre reuniones de gente acaudalada, se aburrió rápidamente e hizo viajes al desierto donde comienza por primera vez a fotografiar de manera libre, es de éste periodo donde podemos ver elementos que ya se habían asomado tímidamente en su etapa con Man Ray, consolidando un lenguaje propio, como los juegos visuales y las ventanas que aluden a la libertad, elementos constantes en la obra de Miller.


En la post guerra ella se hace fotoperiodista para la revista Vogue, donde hacia pequeños artículos y publicaba algunas de sus fotos. Había en la exposición de esta etapa varias fotografías que transmiten las consecuencas de la gerra, destrucción y violencia, como la fotografías de dos nazis disfrazados de civil que fueron capturados. Las tres fotografías más importantes de esta etapa son donde Miller se baña en la tina de Hitler y el incendio de la casa; en la primera no sé si Miller hace una burla al dictador, pero sí es cierto que es una fotografía que marca por un lado la intimidad de Hitler y por otro los depojos de la guerra que terminan en cenizas. 


Lo que queda por decir de Mller es su divorcio con Aziz Eloui Bey y su segundo matrimonio con Roland Penrose con quien tiene un hijo y abandona casi por completo la actividad fottografica, hasta que se muda a Farley Farm House en Sussex, aquie hizo algunas fotografías que recuerdan a su etapa con Man Ray, ya que seguía rodeándose de artistas como Max Ernest haciendo juegos visuales.
Hablando ya de su fotografía la más importante quizá es aquella en la que ella no sentía la necesidad de cumplir con alguien, como en su estanca en el Cairo donde podemos ver ese entendimiento y dominio del lenguaje propio de Miller. 

La importancia que veo en su fotografía es la manipulación de la imagen como los fotomontajes que hacía para la revista Vogue o la propia solarización que juegan un papel importante para lo que hoy conocemos como algo completamente normal, ya no nos sorprende ver a personas encerradas en botellas de cristal. 
No puedo dejar de pensar que Miller siempre estuvo posicionada por su situación económica en un circulo que le permitió andar con cierta libertad dentro de los círculos de la elite artística de finales del siglo XX y que aunque no logró la notoriedad del propio Man Ray quizá vivió una vida con más libertades que el peso de ser un renombrado artista. Es entonces donde yo no entiendo si ese anhelo de libertad que vemos en la mayoría de su obra es más un cliché o un deseo de estar a la altura de los hombres que la rodearon y con lo que no podía competir. 

Lo que me hace preguntarme si a caso eso le importaba y por qué creo que a ella pudo preocuparle en algún momento.